El Ministerio de Jóvenes del Centro Misionero Católico fue fundado en Junio de 2001. Para cada uno de los miembros estar en este Ministerio es una oportunidad importantísima para formarnos y tomar gusto por la formación de los demás. En la adolescencia, dos fuerzas luchan dentro de nosotros los jóvenes. Una nos empuja a hacer el bien y la otra nos empuja a hacer el mal.
La tendencia actual es obedecer la fuerza que nos empuja a hacer el mal... nos sentimos "bien" cuando somos "los malos". Nuestros "amigos" nos reconocen rebeldes. Nos sentimos temidos y nos gusta.
Este grupo es una oportunidad y un incentivo de hacerle caso a la otra fuerza, de enfocar nuestras energías, dones, habilidades, carismas en crecer, aprender y hacer deporte. Nos sentimos felices reconocidos y respetados por haber tomado esa decisión. Nunca sentimos la necesidad de ser de los "malos" para sentirme bien.
Después de casi nueve años, nos damos cuenta de todo lo que hemos ganado gracias a este grupo: Disciplina, liderazgo, criterio, trato con la gente, creatividad, desenvolvimiento y espiritualidad. ¿Tendríamos todo esto ahora si le hubiéramos hecho caso a la otra fuerza?
El saber que nosotros los jóvenes seremos los futuros líderes de la iglesia de nuestro Señor Jesucristo, nos estimula a formar jóvenes de tal manera que glorifiquen a Dios con sus cuerpos, mentes y espíritus. Nuestro objetivo es ver jóvenes siendo líderes de la iglesia y aptos para enseñar a otros a que conozcan el evangelio de Jesucristo.
La tendencia actual es obedecer la fuerza que nos empuja a hacer el mal... nos sentimos "bien" cuando somos "los malos". Nuestros "amigos" nos reconocen rebeldes. Nos sentimos temidos y nos gusta.
Este grupo es una oportunidad y un incentivo de hacerle caso a la otra fuerza, de enfocar nuestras energías, dones, habilidades, carismas en crecer, aprender y hacer deporte. Nos sentimos felices reconocidos y respetados por haber tomado esa decisión. Nunca sentimos la necesidad de ser de los "malos" para sentirme bien.
Después de casi nueve años, nos damos cuenta de todo lo que hemos ganado gracias a este grupo: Disciplina, liderazgo, criterio, trato con la gente, creatividad, desenvolvimiento y espiritualidad. ¿Tendríamos todo esto ahora si le hubiéramos hecho caso a la otra fuerza?
El saber que nosotros los jóvenes seremos los futuros líderes de la iglesia de nuestro Señor Jesucristo, nos estimula a formar jóvenes de tal manera que glorifiquen a Dios con sus cuerpos, mentes y espíritus. Nuestro objetivo es ver jóvenes siendo líderes de la iglesia y aptos para enseñar a otros a que conozcan el evangelio de Jesucristo.
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